Recién finalizada la campaña de verano de anillamiento en
las vegas de Madrid, es necesario mirar un poco atrás y hacer algo de balance.
En general, los números han resultado ser enormemente mayores que temporadas
pasadas, si bien solo de unas pocas especies. Esperábamos un paso migratorio
fuerte y diverso en especies, pero al final el paso esperado se ha centrado en
unas pocas, siendo en algunos casos bastante masivo para alguna de
ellas.
En total han sido 506 capturas de 16 especies distintas,
siendo el carricero común con 365 ejemplares, el más capturado (con un control
extranjero). Por lo demás, números interesantes de avión zapador y carricero
tordal.
Uno de los habituales carriceros comunes anillados este año. En la imagen, un adulto.
El carricero tordal era una especie escasa en la zona hace unos años, con tan
solo una o dos capturas anuales a igualdad de esfuerzo. Este año han sido 11
los carriceros tordales capturados, por lo que sí se nota un incremento de paso
en la especie por la zona. Hasta la fecha no hemos hecho nada específico con
esta especie, pero dados los números crecientes en las capturas de
verano, sería necesario plantearnos para el próximo año algo más centrado en
esta especie.
Detalle de la cabeza de un carricero tordal. El iris pardo claro indica que se trata de un adulto.
Nuevamente hemos capturado a la escasa buscarla
unicolor por la zona. Esta especie es posible que haya aumentado su población
reproductora en la región, ya que las citas son cada vez más corrientes, aunque
aún queda mucho para que la podamos considerar como “normal” o frecuente en la
comarca.
Buscarla unicolor. En este caso se trata de un ejemplar de primer año. Esta es una especie escasa en la zona, pero regular durante los pasos migratorios en los últimos años.
Este año también ha sido destacable la presencia del
pechiazul, especie que se suele observar ya desde agosto (primeras aves en paso
migratorio por las vegas) y que suele ser muy abundante en septiembre-octubre, y
simplemente común en invierno. La campaña ha cerrado con cinco nuevas capturas
de esta especie. Habrá que ver qué ocurre este invierno.
Macho de pechiazul mostrando el pecho azulón característico de esta especie.
Otra imagen de pechiazul. En este caso el detalle del ala de un ejemplar de primer invierno. Se nota que las tres cobertoras mayores internas se encuentran mudadas (pardo grisáceo). El resto de las cobertoras presentan la punta de color canela pálido, lo que nos indica que se tratan de plumas juveniles no mudadas aún.
Por lo demás, destaca la escasa presencia en la zona del
abundantísimo (en otras zonas) ruiseñor bastardo (solo una captura) y de cuatro
andarríos chicos el mismo día. Comentaba en otra publicación, que la abundancia
de zonas anegadas de agua este año, y la consecuente escasez de zonas de barro,
ha hecho que muchos limícolas hayan pasado de largo. Esperábamos más capturas
de limícolas pequeños, tipo andarríos o chorlitejo.
En esta imagen comparamos dos ejemplares de andarríos chico: a la izquierda un adulto y a la derecha un primer invierno. Los adultos presentan un patrón vermiculado irregular en las terciarias, mientras que los juveniles (o primeros inviernos en nuestro caso) muestran un patrón de bandas claras y oscuras más organizado en las terciarias.
Y para finalizar un ejemplar de pájaro moscón juvenil realizando una muda completa. Los jóvenes de las poblaciones ibéricas de esta especie pueden realizar mudas completas al igual que los adultos, lo cual puede dificultar su datado durante los próximos meses.
En breve volveremos a anillar en las vegas para la campaña
de otoño-invierno, a la que estaréis invitados (ya no habrá mosquitos). Os mantengo
informados.