Llevaba días con cierta sensación positiva (good vibrations) sobre la aventura que ibamos a tener con la jornada de anillamiento nocturno de Alondras Comunes en migración, encontrar el día, preparar todas las cosas necesarias, intercambiar información con Antonio España, al que hay que agradecer su interés y apoyo, consultar constantemente las predicciones meteorológicas, en fin que incluso tenía cierta ansiedad que llegaba a perturbar algo mi sueño.
Por fín llegó el día, el pasado jueves 11 de Noviembre, allí estaba el primero cuando llegué al lugar elegido, practicamente nada de viento, cuando 30 o 40 Alondras salieron al entrar al rastrojo en el que iba a ubicar las redes, buena señal. Al ratito llegaron Jesús y José que me ayudaron a instalara cuidadosamente las tres líneas de redes, colocadas estratégicamente. Ya casi era de noche y paseaba una pareja de jóvenes (algo más que yo...) a los que les explicamos lo que ibamos a hecer ante su curiosidad. Ya sólo faltaba encender el reclamo y a esperar...
Algo más tarde, no sin antes dar las primeras vueltas, se fueron Jesús y José, y les relevó Richard, que permanecería hasta el final de la jornada.
Iban pasando las horas y los ánimos disminuyendo, ya en que las visitas que realizábamos a las redes cada hora no obteníamos ningún resultado. El sueño empezaba a hacer mella y sólo nos animó una rapaz nocturna sin identificar que pasó frente al coche. A las dos de la mañana decidimos que la siguiente vuelta sería la última si no teníamos ninguna captura. Y así fue a las 3:00 de la mañana desmontamos el tenderete y alrededor de las 4:30 estaba en casa para acostarme.
Aunque no tuvimos capturas, y cómo de todo se aprende, el año que viene lo intentaremos de nuevo en una fecha algo más tempraba y realizando algunos cambios. Siempre con ilusión y ganas de compartir momentos con las aves.
Gracias a José, Jesús y Richard por acompañarme en mis "locuras" y a Antonio por su ayuda y ánimo.
AO
No hay comentarios:
Publicar un comentario