A finales del verano de 2012 (dónde queda ya...) tuve la oportunidad de viajar a la costa este de Estados Unidos, para entre otras cosas, fijarme en los pájaros que se pueden ver por allí. Muchos estaban ya mudando y no estaban precisamente en su esplendor de belleza, pero con el aluvión de jóvenes tras la estación reproductora, la ventaja es que se pueden encontrar altas densidades en algunos lugares. El primero de ellos donde quería parar era Central Park, en Nueva York. Aquí por fin pude ver claramente al cardenal rojo (Cardinalis cardinalis) - una hembra mudando - y el chipe trepador, Mniotilta varia.
Personalmente fueron las especies que más me impactaron en este inmenso parque urbano. El enclave tiene casi 3 kilómetros y medio de superficie, y su forma rectangular lo hace ideal para albergar gran cantidad de especies asociadas a la vegetación y al hombre. Es una auténtica isla en el medio urbano, 3 veces más grande que el parque del Retiro de Madrid.
Cambiando de ciudad, subimos a Boston, y de allí al estado de Maine, uno de los territorios más septentrionales del país y que recomiendo encarecidamente visitar si se tiene oportunidad. Aquí pude ver al ampelis americano.
Es la primera vez en mi vida que veo un Ampelis, y la verdad es que es difícil de separar de su primo hermano europeo a primera vista. Se dice que el americano (Bombycilla cedrorum) es más estilizado, menos rechoncho. Pero una de las claves principales son las manchas rojas en los extremos de las secundarias, que adornan los laterales del plumaje. En el americano, estas manchas aparecen solas, mientras que en el europeo están acompañadas de manchas alargadas pálidas o directamente blancas. También el vientre ayuda: el europeo lo tiene color crema y en el americano muchos individuos tienden a tener el vientre y los flancos de amarillo.
No quiero dejar pasar la oportunidad de enseñaros algo que me hizo especial ilusión, y fue ver una mariposa monarca a escasos centímetros, especie también alada que realiza espectaculares migraciones a lo largo del continente americano, y que a veces por error acaba en Europa.
El ejemplar en cuestión había sido anillado hace 4 años a unos 100 km de distancia de donde lo encontré.
Mi último fin de semana lo pasé cerca de la ciudad de Miami, donde pude observar algunas aves costeras. Más que ninguna, muy abundante la gaviota reidora americana (Larus atricilla), acompañada por algunos ejemplares de Charrán real Thalasseus Maximus. Increíble el Ibis blanco (Eudocimus albus) paseando tranquilamente por las zonas ajardinadas a las afueras de Miami tras una de las lluvias torrenciales del día.
RP
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