El anillamiento de aves es una herramienta para su estudio, mediante su captura incruenta y posterior suelta. Durante el manejo de éstas se toman una serie de datos, referentes a la edad y el sexo, medidas, peso, estado físico del ave, etc. Todo ésto sirve para un mejor conocimiento de las especies y por consiguiente se obtienen los fundamentos necesarios para su protección. La labor del anillamiento científico sólo puede ser realizada por personas suficientemente cualificadas y autorizadas legalmente.



martes, 19 de noviembre de 2013

ISLA DE CABRERA: PARAÍSO INSULAR

He titulado esta entrada como el capítulo que Félix Rodríguez de la Fuente dedicó a este espacio natural, porque realmente es un lugar alucinante que junto con la escasa infraestructura y el relativo aislamiento (aunque en realidad está a menos de una hora de Mallorca) hace que te sientas como si estuvieras en una isla del Pacífico.
Durante parte del pasado mes de octubre he tenido la suerte de participar en la campaña de anillamiento postnupcial que se realiza en la isla de la Cabrera desde hace unos cuantos años. Para que la cosa tuviera algún tinte de aventura, el día previsto de llegada a la isla no pudimos embarcar debido al tiempo, pero a la mañana siguiente pudimos hacer el viaje sin problemas, disfrutando en la travesía de la compañía de las pardelas cenicienta y balear y de la entrada al puerto de Cabrera.
Al día siguiente de llegar, aprovechando que había algo de paso migratorio de rapaces (milano negro, abejero, culebrera, cigüeña negra, etc.) subimos a la Miranda que es uno de los puntos más elevados para observar lo que pasaba.

Vista de Cala Santa María desde la Miranda.
Al fondo se ve la isla Conejera.

Escudriñando el cielo en busca de viajeros alados.

 En cuanto a la variedad de aves anilladas, capturamos un total de 28 especies durante las dos semanas que estuvimos allí. El petirrojo fue claramente la especie más abundante, constituyendo más del 40% de las capturas totales durante el turno, después la curruca capirotada y el colirrojo real con un número bastante similar de anillamientos (entre los dos supusieron un tercio del total). Algo menos, pero también en buena cantidad el zorzal común (11%), y ya con bastantes menos capturas la curruca mosquitera. Estas cinco especies supusieron más del 90% del número de individuos.

A continuación, se expone el listado de especies capturadas, entre las que destaca la variedad de rapaces, circunstancia poco frecuente en este tipo de estaciones en las que caen casi exclusivamente aves de pequeño tamaño. También la presencia de especies difíciles de capturar como la collalba gris o el estornino pinto, y por supuesto la gran estrella de la campaña, la curruca balear.

-          Águila calzada
-          Gavilán
-          Cernícalo vulgar
-          Alcaraván
-          Búho chico
-          Abubilla
-          Golondrina común
-          Petirrojo
-          Colirrojo real
-          Collalba gris
-          Tarabilla norteña
-          Mirlo común
-          Zorzal común
-          Ruiseñor bastardo
-          Carricero común
-          Curruca balear
-          Curruca carrasqueña
-          Curruca cabecinegra
-          Curruca mosquitera
-          Curruca capirotada
-          Mosquitero común
-          Mosquitero musical
-          Reyezuelo listado
-          Papamoscas gris
-          Papamoscas cerrojillo
-          Estornino pinto
-          Verderón común
-          Pardillo común

En las fotos se resume un poco lo que fueron las jornadas de anillamiento durante estas dos semanas. Algunas imágenes son de Daniel Bustillo y Natalia Gañán, a los que agradezco su colaboración para ilustrar mejor esta entrada.
 Una tarde a última hora salió el premio gordo, el primero de la semana.
Esta bonita hembra adulta de gavilán. Atención a la longitud de la cola.
(Foto: D. Bustillo).


El plan de trabajo era anillar durante todo el día, si bien las capturas por la tarde disminuían bastante, lo cual nos permitía repartirnos y aprovechar para hacer otras actividades alternativas, la más interesante de las cuales era bucear. Y es que uno de los mayores valores naturales del P.N. marítimo terrestre del archipiélago de Cabrera son las comunidades que habitan los fondos marinos, entre las que destacan las praderas de Posidonia oceanica, que se asientan sobre fondos arenosos y cobijan a numerosas especies de algas e invertebrados. Tanto aquí como en las zonas de roca se pueden ver cantidad de peces, unos en grandes bancos como las castañuelas (Chromis chromis) y otros en grupos menos numerosos como las salpas (Sarpa salpa), sargos (Diplodus sargus) y obladas (Oblada melanura); había algunos peces de buen tamaño como lisas y meros. Espectaculares los colores de la doncella o julia (Coris julii) y del pez verde (Thalassoma pavo), dignos de los arrecifes de coral. También observamos otras especies de animales como pulpos, erizos de mar, estrellas de mar o la nacra (Pinna nobilis), que es el mayor bivalvo del Mediterráneo y alcanza longitudes de hasta 90 cm.

Estrella de mar.
(Foto: D. Bustillo)

Entrada a la Cueva Verde.
(Foto: D. Bustillo)

Un par de días después del gavilán tuvimos otra rapaz, en este caso una hembra de cernícalo vulgar.
(Foto: D. Bustillo).

Estudiando el ave en mano, consultando  la Baker para tratar de ver los patrones de plumas que nos permitan el datado del individuo
(Foto: N. Gañán).

La especie más deseada.
Tuvimos suerte y pudimos capturar una curruca balear en los quince días que estuvimos allí. Es muy pequeña, con la cola larga y unas alas muy cortitas.

Toma frontal del mismo individuo. El macho adulto tiene la garganta blancuzca pero en este caso al ser un ave del año (código EURING 3) el sexado es muy complicado.

Una mañana  al hacer la primera pasada nos encontramos con esta sorpresa.
En realidad por la noche se escuchaban frecuentemente, pero otra cosa era que fueran a caer en la red.

Detalle de la cabeza del alcaraván, en la que destaca sobremanera el color amarillo de ojos y pico.

Para acabar el día, que mejor que encontrarnos en la red con un búho chico
(Foto: D. Bustillo).

Vista de la parte superior del ala, para tratar de ver el patrón y coloración de las plumas
(Foto: D. Bustillo).

José Luis sujetando a este bonito cazador nocturno, instantes antes de ser liberado
(Foto: D. Bustillo).

A la mañana siguiente del búho capturamos un águila calzada, con el que posa un servidor
(Foto: N. Gañán).

Y por si parecía poco, el día después cogemos otra calzada
¿qué pasa en esta isla? 
(Foto: N. Gañán)

Águila calzada de primer año, con las rectrices, secundarias y primarias internas así como las grandes coberteras, con puntas blancas.

El pardillo es la especie de fringílido más abundante en Cabrera.

Este individuo de primer año ha mudado las CMa internas 4 a 10, reteniendo las tres más externas de juvenil, de color más apagado y con las puntas blancuzcas.
(Foto D. Bustillo).

Un par de jornadas tuvimos la oportunidad de observar en mano los espectaculares estorninos pintos.

El colirrojo real es una de las especies más abundantes en la migración otoñal por la Cabrera.

Macho de primer año (código EURING 3).
Se puede observar que sólo ha mudado las dos coberteras mayores más internas (CMa 9 y 10) de color gris, mientras que el resto tienen un color pardo claro.

Un sábado por la mañana desembarcó un pequeño grupo de “birdwatchers” en busca de rarezas atraídos por la fama de esta isla. Gracias a ellos nos enteramos de que había varios mosquiteros bilistados (Phylloscopus inornatus) que pudimos observar, uno de ellos merodeando cerca de una red. Una de las veces que íbamos de camino a las redes pudimos contemplar el escribano pigmeo (Emberiza pusilla). El camachuelo carminoso (Carpodacus erythrinus) fue otra especie que estuvo por allí esos días aunque solo unos pocos pudieron verlo.

¡Rareza a la vista!
Un escribano pigmeo andando tranquilamente por el merendero, sin molestarse lo más mínimo a pesar de la gran expectación que despertaba.

El “campo de futbol”, praderita cerca del merendero era un hervidero de pájaros, que iban y venía por todas parte, sobre todo collalba gris como la de la foto, lavandera boyera y colirrojo real.

Gracias al personal que trabaja en el P.N. pudimos hacer algunas excursiones por el interior de la isla y conocer mejor los distintos paisajes así como los usos tradicionales como la fabricación de carbón o cal. La formación vegetal dominante es el maquis de lentisco y acebuche, siendo también frecuente la sabina negral, el labiérnago y una especie de euforbia leñosa (Euphorbia dendroides). Aparecen otras especies peninsulares: romero, jaguarzo (Cistus monspeliensis) o brezo (Erica multiflora) y otras endémicas como la Rubia angustifolia ssp. cespitosa. En cuanto al estrato arbóreo la especie presente aquí es el pino carrasco, que se desarrolló ampliamente por la isla a partir de los años cuarenta, cuando se acabó con las últimas cabras que había.

En primer término se ve la Euphorbia dendroides, también lentisco y acebuche. Detrás el pino carrasco.

También tuvimos la oportunidad de recorrer la isla en barco y pudimos pasar muy cerca de algunos de los islotes (Estells) donde crían las aves marinas y rapaces como el halcón de Eleonor y el peregrino, la gaviota de Audouin y la patiamarilla, paíño común, pardela cenicienta y balear, cormorán moñudo, águila pescadora y hasta pudimos observar un delfín mular.

El sustrato calcáreo de la isla nos ofrece a veces curiosas formaciones.

Halcón de Eleonor de morfo oscuro pasando por encima de nuestras cabezas.

Vista del puerto desde el castillo.

Cormorán moñudo tomando el sol en el embarcadero.

Gaviota patiamarilla, mucho más fácil de observar que la de Audouin que raramente se acercaba a las zona “civilizada”.

Una de las muchas águilas calzadas que patrullaban la zona en busca de algo que echarse al pico. Bueno una más no, esta es una de las dos que capturamos, tres o cuatro días después de haber sido anillada.

Lagartija balear (Podarcis lilfordi), de la que hay diez subespecies diferentes en el archipiélago de Cabrera.

Y como despedida de Baleares, ¿qué mejor que ver una de las especies más escasas de nuestro país, a escasos metros de nosotros? Focha cornuda en S’Albufera (Mallorca).

En resumen, una experiencia increíble. Aquí la vida cotidiana consiste en levantarse, salir  a la puerta y ver el mar. Y sin tener que dar dos pasos más, poder observar el cormorán moñudo o el roquero solitario en una roca, escuchar los gritos de los halcones de Eleonor mientras anillas o ver pasar por arriba las águilas pescadoras. Y por la tarde bajar a la cantina a tomar una cerveza mientras comentas el día con los compañeros y saludas a la otra gente que habita la isla. En fin, que no daban ganas de irse, pero había que volver a la realidad.

Foto de grupo.
(D. Bustillo)

Por último quiero dar las gracias a Mario (SEO) por hacernos la vida más fácil y conseguir que no nos faltara de nada durante la estancia en Cabrera y a José Luis (GOB) por sus enseñanzas ornitológicas durante estos días. También al personal (en particular a Joan y a Arnau) que trabaja en el P.N. por enseñarnos algunos de los lugares más bonitos de la isla. Y por supuesto, a mis compañeros de turno (Alba, Alex, Eva, Dani, Jorge y Natalia) con los que he compartido muchas risas y la emoción de disfrutar de un lugar increíble, un auténtico paraíso.


Un saludo
JH

1 comentario:

Alimoche dijo...

Enhorabuena Javi por la entrada, me ha dado mucha envidia sana!!!
Alf