No sé exactamente porqué, pero siempre por estas fechas,
casi recién estrenado el año, se me cae el interés “anillador”, por lo que mis
jornadas de anillamiento se ven muy reducidas hasta bien empezada la primavera.
Sin embargo siempre hay algo que hacer en el campo, anillar u observar. Y ahora
mismo es tiempo de observar, es el tiempo de las gaviotas.
Dar un paseo por cualquiera de las lagunas o embalses de
Madrid, puede deparar gratas sorpresas acuáticas. Pero no hace falta
desplazarse demasiado para ver cosas de interés. Uno de los mejores ejemplos lo
tenemos en Madrid Río.
Grupo de gaviotas reidoras posadas en una de las esclusas del río Manzanares.
Hace poquito, una de estas tardes de invierno, se dieron
cita en el río Manzanares unas 7 especies distintas de gaviotas. Esta es una
cifra bastante alta, más si cabe, si tenemos en cuenta que “Madrid Río” se
encuentra, como su nombre indica, en Madrid. Es decir, muy alejado de cualquier
localidad costera. Las especies citadas ese día fueron, además de las
habituales reidoras y sombrías, las gaviotas cana, cabecinegra, patiamarilla,
argéntea europea y la protagonista de esta entrada: la gaviota cáspica (Larus
cachinnans).
Éste es un taxón de compleja identificación, y entre esto, y
su escasez en nuestra región, hace que sea considerado como una especie rara a
nivel nacional. Es decir, es una rareza a nivel español, y más si cabe, a nivel
madrileño.
Y aquí el ejemplar en cuestión. Un individuo de primer
invierno, con las plumas de las partes superiores de segunda generación y un
desgaste bastante generalizado como corresponde con un ejemplar a esta edad y
por estas fechas. Comparado con las sombrías de su misma edad, el desgaste y
colorido más claro es muy patente.
En esta foto de detalle (rodeada de sombrías de distintas
edades) se aprecian mejor los detalles antes comentados. Es típico también de
esta especie lo que algunos llaman “bufanda”. Decir que para algunos ejemplares
si puede asemejarse a una bufanda, pero en otros no tanto, como es nuestro
caso. Esta característica alude al moteado/manchado del cuello, que aunque no
tenga mucha forma de bufanda, si es bastante patente en nuestro ejemplar. Otra
cosa a destacar es lo limpia que tiene las partes inferiores, especialmente la
cabeza, fruto del desgaste antes comentado.
Otra cosa a reseñar de esta gaviota es el patrón de las
axilares. Como se ve en la foto, éstas son más bien pálidas, al menos cuando se
compara con otras gaviotas. En realidad presentan un vermiculado muy fino, lo
cual le da ese aspecto tan pálido.
Sin embargo uno de los caracteres más interesantes de esta
gaviota, y que más “colabora” en su identificación, es el colorido de las
primarias. Si nos fijamos bien, veremos que presenta las primarias internas más
pálidas que las más externas, lo cual da una apariencia semejante a un panel
claro, o como se suele llamar: ventana. En este taxón (y no sé porqué no en
otros), a esta ventana clara se la denomina “Venetian blind” o “ventana
veneciana”. En cualquier caso, esto es casi diagnóstico de este taxón, aunque
realmente es un carácter compartido con argénteas y patiamarillas.
Aquí vemos esa “ventana veneciana” comparada con la de una
gaviota sombría de su misma edad (primer invierno). Vemos en la gaviota sombría
que ésta carece de este patrón claro tan característico de las cáspicas (pero
recordemos, también presente en argénteas y patiamarillas). Sigue destacando el
colorido general claro de la cáspica cuando la comparamos con la sombría.
Y entre cáspica y cáspica, una cabecinegra. Parecida a las
reidoras que abrían esta entrada, pero con algunas peculiaridades. El ejemplar
es un primer invierno que aún presenta plumas de vuelo y terciarias retenidas
(también varias cobertoras, pero no se aprecia en la imagen). El pico oscuro y
relativamente corto y grueso refuerzan la identificación.
Aquí otro pajarito, de identificación algo más
controvertida. Es una gaviota argéntea europea de primer invierno, rodeada de
sombrías (es la que mira a cámara). Cobertoras características de este taxón a
esta edad, así como el patrón y avance de la muda, entre otros detalles que no
se aprecian bien en la imagen, confirman la especie. Un ejemplar, sin embargo,
algo raro…
Pues eso, que aunque anillar, lo que es anillar, anille poco
estas fechas, está bien darse un paseo de vez en cuando para disfrutar de estas
y otras especies. Así que ya sabéis: “gaviotas time”.
Un saludo
CT
1 comentario:
Muy didáctica entrada... Mil gracias.
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