Quizá la primera
imagen que tiene la gente (ornitóloga y no ornitóloga) sobre esta especie, es la de un ave de
jaula. Cierto, pero no del todo. Actualmente esta especie no se comercializa,
pero sí es posible verla en determinados lugares del centro y sur de la
Península Ibérica de manera silvestre. Nosotros trabajamos con esta estrilda
(que es el nombre que reciben los de su familia) desde hace unos años, y en
esta entrada vamos a mostrar un poco por encima las libreas que presenta esta
especie a lo largo del año, y que puedan permitir distinguir los distintos
plumajes tanto en campo como en mano.
Joven
Aquí un joven
capturado en octubre. Debido a que esta especie cría tarde respecto a nuestras
aves autóctonas, los primeros pollos empiezan a verse a partir de agosto, más o
menos. En plumaje juvenil la especie muestra un color bastante homogéneo en el
que destacan unas bandas de color crema en las cobertoras medianas y mayores, y en las terciarias, así como en las rectrices más externas. El color del pico es negro en su totalidad.
Plumaje de primer invierno
Realmente este
plumaje no existe como tal en esta especie, o no de la manera que lo entendemos
para las especies paleárticas. Sin embargo a esta “edad”, o mejor dicho,
plumaje, la especie presenta algunas plumas mudadas en diversas regiones del
cuerpo. Estas zonas de plumas mudadas generalmente suelen estar en las
supracobertoras caudales u otras regiones corporales, pero varía mucho de
ejemplar en ejemplar. El pico empieza a volverse rojo poco a poco y el iris es
totalmente rojo. También las bandas crema se vuelven más pálidas y se desgastan
de manera variable, según el ejemplar.
Hembra adulta
Aquí ya la cosa
cambia bastante. Las bandas de color crema han desaparecido (en todos los
plumajes de adulto) y han aparecido numerosos puntos blancos, principalmente en
las alas. El pico es rojo (excepto el culmen, que se mantiene negro, o al
menos, oscuro), lórum negro y abundante rojo en supracobertoras caudales. El
ejemplar de la foto ha mudado una terciaria, pero eso es tema de otra entrada
centrada en su muda. Este plumaje de “hembra adulta” es el mismo a lo largo de
todo el año, no pasando por plumajes alternativos destacables de ningún tipo.
Macho en eclipse
¿Un paseriforme en
eclipse?, ¿pero eso no era sólo cosa de los patos y de los astrónomos? Pues no,
también de los bengalís. O al menos creo que es la mejor manera de denominar
este plumaje de transición de los machos. Este plumaje lo adquieren durante un
corto periodo de tiempo que abarca (más o menos…) gran parte del otoño, el
invierno y algo de primavera en algunos ejemplares (pero pocos). De hecho esto
es un plumaje por el que no todos los machos atraviesan (pero si más del 95%).
Este plumaje recuerda enormemente a una hembra, pero destaca un mayor colorido
en general (mas viveza, porque el color en cierto modo es el mismo que para las
hembras), patrón rojo de las supracobertoras caudales mucho más llamativo, y
algunas plumillas de color rojo dispersas por el cuerpo que delatan su sexo y
el plumaje que van a tener en época nupcial.
Macho nupcial
Et voila! Aquí el
plumaje de bengalí de las tiendas, de los libros, de la imaginación de
cualquier persona que piense en esta especie. Rojo, como su apellido. Este
plumaje sólo afecta a los machos en época de celo (primavera, pero sobre todo,
verano) y se caracteriza por un color general rojo magenta en todo el cuerpo
excepto en las alas y la cola, que son pardas. También destacan las
infracobertoras caudales y el vientre, que son negras (anaranjadas en las
hembras) y multitud de motas blancas que delatan su origen exótico, pero que en
nuestras latitudes le dan un aspecto ciertamente flamenco.
Y próximamente más entradas sobre esta pequeña y poco conocida especie.
Un saludo
CT
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