El azar en ésto del anillamiento también juega un importante papel.
El miércoles por la noche cuando Angel y yo nos disponíamos a cenar en Cantalejo, tras nuestra jornada vespertina en el Duratón, recibimos una llamada de nuestro compañero Manolo, en la que nos contaba que había encontrado una Lavandera Boyera que se había matado chocando contra un cristal en la depuradora donde trabaja en Pinto. Lo curioso del pobre animalito es que portaba anilla de SUECIA.
En fin que nos quedamos con la boca abierta al ver éstas son las cosas del azar, ya que tras casi 600 Lavanderas Boyeras anilladas en el dormidero de Guadalix, ninguna traía una sorpresa así.
AO
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